miércoles, febrero 07, 2007

Software Libre en Uruguay

A solicitud de Walter (esposo mío), ferviente defensor del Software Libre expongo éste artículo que salió en La Diaria el 6 de febrero de 2007, reportaje hecho a Enrique Verdes y Eduardo Trápani Presidente y Vicepresidente del UYLUG respectivamente.

Compartir la receta hace la torta más rica

Se le dice software libre por oposición al software cerrado o privativo. Sus defensores sostienen que el futuro de la informática caminará en ese sentido porque los usuarios dejarán de estar entrenados únicamente para usar los programas, y comenzarán apropiarse de ellos y a transformarlos.
UYLUG es un grupo de usuarios de Linux que ya dio un paso. Así, más de 200 usuarios se reúnen para intercambiar información y dar a conocer los beneficios del sistema abierto. Además, organizan “fiestas de instalación” a fin de compartir la filosofía que profesan.
Los une la idea de compartir conocimientos, realizar cambios al sistema operativo que utilizan y volcarlos a una comunidad para que todos sus integrantes puedan hacer aportes. Así surge la asociación de grupos de usuarios de Linux UYLUG que ya lleva nueve años de existencia.
Como en una clase para principiantes, el ingeniero Eduardo Trápani, vicepresidente de UYLUG, explicó: “toda computadora, para poder funcionar, necesita un guión para saber qué hacer. Llevándolo al mundo de la cocina, el software es como una receta”. Así comenzó la charla que la diaria mantuvo con dos representantes de UYLUG.Para diferenciar el software libre del cerrado, Trápani continuó con su clase de cocina: “teniendo el cerrado, lo que uno compra es la torta hecha,
sin poder mejorarla; sin embargo de la otra manera uno tiene la receta y puede añadirle los ingredientes que quiera. Así se aporta al colectivo los cambios para hacer crecer la receta y abarcar más realidades; de esta forma queda más rica”, explicó.

Éste no es un tema nuevo. “La idea del software libre es tan vieja como los primeros programadores”, explicó el programador Enrique Verdes, presidente del grupo UYLUG.


En los comienzos aparece Richard Stallman, considerado el “padre del software libre”, quien se destacó por estar en desacuerdo con la característica secreta del software, considerado patrimonio exclusivo de las personas o empresas que lo producen.
Junto a esta oposición nace la filosofía del software libre o abierto, donde se abre el abanico para cambiarlo o usarlo de la manera que se considere conveniente.

Creando comunidades

Según los expertos, Unix -anterior a Linux- fue el primer sistema operativo escrito de forma fácil de entender por otros. El lenguaje que se usaba era abstracto y por lo tanto más entendíble y “estudíable” para la mayoría de la gente,por eso se empleaba a nivel educativo como modelo para programar los sistemas operativos. De acuerdo a estas condiciones fue natural para Stallman pensar en una versión que se distribuyera libremente basada en Unix. Las personas que entonces trabajaban con este sistema se juntaban a compartir trucos e ideas. Esto surgió naturalmente en la comunidad a través de la red de redes.“El software libre no sería lo que es sin Internet porque es el canal de comunicación de los usuarios”, comentó
Verdes. Decenas de miles de programadores y usuarios de todo el mundo se comunican a través de la red con el objetivo de compartir cambios y nuevas ideas sobre un mismo programa. Si el usuario encuentra errores puede proponer “parches” (arreglos al sistema) y luego “colgarlos” en la web para que los demás utilicen esa información.

Sin embargo, cuando el software es cerrado la licencia sólo habilita a que se use en determinada cantidad de computadoras y bajo ciertos códigos de activación. Si bien los expertos señalaron que es muy fácil realizar la copia de un programa, la regulación vigente establece que la piratería viola la licencia del programa original basada en la propiedad intelectual, algo así como: “yo creé ese producto y digo cómo quiero que se distribuya”. En cambio en el software abierto“ la forma de distribuirlo se basa también en el derecho de autor, pero la licencia que se utiliza especifica que puede ser redistribuido”, dijo el presidente de UYLUG.

Nace el grupo UYLUG

En los inicios de UYLUG, se trataba de un grupo de personas que conectaban sus computadoras a la red telefónica para intercambiar información. El conjunto conformado se comenzó a reunir en el Colegio Sagrado Corazón ya que el ingeniero Héber Godoy, primer presidente de la red, daba charlas sobre Linux. “En noviembre de 1997 decidimos hacer algo formal”, explicó Verdes, porque la idea fue instrumentar una “cara legal a la hora de llegar a autoridades nacionales”.
El grupo persigue varios objetivos: “no sólo intercambiar información entre los integrantes del colectivo sino que también queremos explicar hacia afuera y llegar a etapas parlamentarias con el tema”, dijo su presidente.

Hasta el momento, cuentan con 200 socios, la mayoría hombres y “gente de informática” que trabaja en la administración de sistemas o redes y en programación.

Además, los integrantes de UYLUG sostienen que este tipo de sistema tiene muchas ventajas sobre el propietario. Para explicar alguna de ellas, Verdes dijo que “una cosa son los programas que nosotros usamos y otra distinta es la información que generamos con ellos. Cuando yo no sé cómo se genera el software y la información es guardada de forma codificada de una manera que no puedo recuperar si no uso el mismo programa, el dueño de los datos que produzco no soy yo, sino que es el autor del programa que utilizo”, explicó el programador.

“Esto es muy sensible a nivel de la administración pública”, explicaron los integrantes de UYLUG, “porque lo que se guarda son datos personales y son imprescindibles para funcionar, por lo tanto el usuario queda atado a un fabricante porque no se puede ver qué hacen esos programas”. En Uruguay, por el momento, San José es la única localidad donde la Junta Departamental decretó utilizar software libre en la administración pública.

Otro de los temas“delicados” tiene que ver con la educación, porque “lamentablemente en Uruguay la enseñanza de programas lleva el nombre de productos”,comentó Verdes y ejemplificó: “en el liceo no le enseñan a los jóvenes a procesar textos sino Word”. A su entender,la enseñanza pública está entrenando usuarios de productos de una empresa extranjera “por inercia”. En tal sentido, según Trápani, lo que se busca en la lógica de mercado es crear usuarios y no personas poseedoras de tecnología que puedan luego modificarla.

Bienvenido el futuro
Por otra parte, comentó Verdes que integrantes del grupo UYLUG asistieron en la redacción de un proyecto de ley propuesto por la diputada Daisy Tourné (Partido Socialista) que propone la utilización de formatos de software abiertos para la administración pública.

En cuanto al pronóstico del futuro del software libre, los integrantes de UYLUG fueron categóricos: “es inevitable llegar a formatos abiertos donde cada uno pueda ser dueño de lo que tiene”, dijo Trápani y agregó sonriendo: “por algo el tipo más rico del mundo vende software y no tiene un pozo de petróleo”.

Los riesgos que enfrenta esta modalidad, según los entrevistados, se relacionan con el “sistema ilógico de patentes”, destacando el “clic” del mouse,que exigiría pagar para emplearlo. “Esto implicaría abonar royalties (derechos de autor),lo que supondría un inmenso peligro para el software abierto”, agregó Trápani.

Ceibal libre
Para Verdes, el proyecto Ceibal es la implementación nacional de una propuesta que intenta generalizar el uso de una computadora personal,de muy bajo costo, que sera utilizada como herramienta educativa. Por un tema de costo, explicó, esas computadoras usarán software libre (Linux como sistema operativo). Esto generará, al entender de los entrevistados, un desafío muy grande ya que tanto los maestros como los alumnos deberán utilizar este sistema, posiblemente sin tener experiencia previa sobre su uso. Verdes cree que los niños aprenderán con rapidez, sin embargo sostuvo que “a los maestros les puede costar un poco más”. Por eso, UYLUG realizará por iniciativa propia, jornadas de uso de software libre destinadas a maestros.